Los grandes bancos piden acción contra el cambio climático ¿Te lo crees?

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He de confesar, que la primera vez que leí la noticia de que los seis bancos más grandes de Estados Unidos (Citi, Morgan Stanley, Bank of America, JPMorgan Chase, Goldman Sachs y Wells Fargo) habían realizado una declaración pidiendo acción por el cambio climático, pensé que la fuente sería algún periódico satírico de esos que se dedican a crear noticias no solo para el divertimento sino también para la denuncia.

Pero la noticia es cierta, así que una vez más comprobé atónito cómo los grandes bancos mundiales están a años luz de entender qué significa la lucha contra el cambio climático y aún muy lejos de convertirse en actores relevantes del cambio de modelo necesario para frenar el camino al colapso ambiental al que ellos mismos nos están dirigiendo.

Muchos somos conscientes de la larga trayectoria de estas corporaciones, ansiosas por un lucro a un ritmo creciente, financiando los proyectos más contaminantes, desde las explotaciones petrolíferas, las grandes infraestructuras y obras faraónicas, al expolio de terrenos indígenas o la especulación sobre las economías de muchos países llegando a originar su quiebra técnica y lanzando a ingentes cantidades de la población a la pobreza. Por tanto, resultaban claramente incomprensibles estas declaraciones en vez de mantener su actual modelo de negocio, desoyendo las reivindicaciones de la sociedad civil o apoyando sin ningún tipo de tapujos a los grupos negacionistas más oscuros que es a lo que nos tienen habituados.

De la lectura del comunicado saqué entonces la conclusión de que en el fondo no estaban actuando de forma altruista pidiendo que la humanidad se pusiese las pilas para frenar el cambio climático o demandando un cambio de modelo hacia la sostenibilidad. Sino que se posicionan del lado de aquellos que defienden las medidas contra el cambio climático como un nuevo nicho de mercado del cual pueden sacar tajada y, por tanto, como un nuevo negocio en el que incrementar sus beneficios a costa no solo de la salud de las personas sino también del continuo empobrecimiento de los más desfavorecidos.

Así señalan que “las políticas que reconocen el precio del carbono son los instrumentos más importantes para la certeza financiera, acelerar las inversiones…” y que “en los próximos se estiman necesarios invertir 90 trillones de dólares en nuevas infraestructuras urbanas y energéticas”. Mucho me temo que no serán los únicos que intenten defender su modelo de negocio tiñiendolo de acción contra el cambio climático.

Es obvio que una vez inciden en el modelo obsoleto devorador de recursos que nos ha llevado a esta situación, ya que nada señalan de su responsabilidad ni de la necesidad de desinversión en combustibles fósiles o de la financiación de un modelo basado en las energías renovables y en el consumo local y cercano.

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